domingo, 31 de mayo de 2009

No puedo poner ninguna imágen ni ningún título en éste post. Creo que el negro de las letras sobre el fondo blanco es suficiente. Hace escasas horas una chica ha fallecido. No puedo decir que fuese el tipo que más la conociese, pero sí sabía lo suficiente para darme cuenta de las bofetadas tan gordas que puede dar la vida en los momentos más inesperados. No tenía ningún mal vicio conocido y parecía alguien alegre pero aún así calló a plomo en el suelo de su casa. Muerta. ¿Por qué la vida es tan injusta? A la espera de saber qué pudo ocurrir exactamente no puedo más que sentirme totalmente indefenso ante los caprichos de la vida. Si hubiese habido una enfermedad, un accidente o cualquier otra cosa que diese una explicación a su fallecimiento podría uno consolarse culpabilizando al accidente o la enfermedad que se la ha llevado. Pero aquí no ha habido ni enfermedad ni accidente ni nada. Simplemente se ha ido. De repente. Sin dar un porqué. Dejando a sus seres queridos rotos de dolor.

No tengo palabras para seguir expresando lo que siento puesto que aún sigo aturdido y pensé que escribiendo y compartiéndolo lograría ordenar mis pensamientos. Pero no puedo puesto que no hay nada que ordenar. La vida es injusta a veces y es lo único que se me pasa por la cabeza ahora mismo.

Descansa en paz

1 comentarios:

Gabriel dijo...

Hay veces en las que la vida no nos deja vivir tranquilos. Que descanse en paz.

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